viernes, 21 de febrero de 2014

Lenín, mi gran hermano


Mi hermano mayor Lenín Lombardo Molina Peñaloza, fue un gran hermano. Desde muy joven abrazó ideales revolucionarios, de la mano de nuestro padre Manuel Isidro Molina Gavidia, quien desde el Partido Comunista de Venezuela enfrentó a la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, torturador, asesino y ladrón.
Lenín fue quien, a sus 17 años de edad, se trepó a tocar las campanas de la iglesia en la calle Colombia de Catia, la madrugada del 23 de enero de 1958, cuando el dictador huyó en su "vaca sagrada".
En noviembre de 1961, siendo estudiante de medicina de la Universidad de los Andes en Mérida, es tiroteado luego de una manifestación contra la ruptura de relaciones con Cuba por el gobierno del presidente Rómulo Betancourt, quedando cuadrapléjico, a los 19 años, para el resto de su vida.
El miércoles 19.02.2014, falleció en Caracas, a los 71 años de edad, luego de complicaciones respiratorias que su padecimiento diabético impidió superar.
A pesar de su enorme discapacidad, nuestro gran hermano supo actuar con tenacidad en la vida: obtuvo la licenciatura en psicología en la Universidad Central de Venezuela, donde además alcanzó el máximo escalafón docente, Profesor Titular, en la Escuela de Comunicación Social, en la cátedra de Metodología e Investigación. Paralelamente, fue miembro del Consejo de Facultad de Humanidades y Educación, candidato a Rector de la UCV y jefe del servicio de seguridad, se doctoró en Ciencias Políticas y obtuvo el título de abogado.
Le recordaremos siempre por su optimismo y voluntad de hierro frente a las adversidades, lo que nunca escondió su enorme bondad y comprensión hacia los demás, y la activa solidaridad que desplegó toda su vida.
En familia, lo recordaremos siempre como ser humano extraordinario, ejemplar por encima de sus limitaciones físicas y reciedumbre de carácter a la hora de polemizar. Personalmente, lo llevaré en mi corazón junto a mi otro hermano fallecido, Gustavo, y nuestro padre, "el Manuel Isidro de verdad", como alguna vez me dijo el colega periodista Luis González, en Valera, cuando inaugurábamos la Casa del Periodista.
En nombre de la familia Molina Peñaloza, agradecemos las tan diversas, gratas y profundas condolencias recibidas de parte de nuestros familiares en diversas regiones del país y el exterior, amigos de diversas generaciones, colegas docentes de Lenín, y especialmente de muchos de sus alumnos y alumnas en la UCV.
Al equipo médico del Servicio de Terapia Intensiva del Hospital Clínico Universitario de Caracas, nuestro agradecimiento grande por su dedicación, conocimientos y bondad.
MANUEL ISIDRO MOLINA PEÑALOZA

Falleció el profesor Lenín Molina Peñaloza

20/02/14.- Ayer falleció el profesor Lenín Molina Peñaloza* a los 71 años de edad, conocido por su lucha en favor de los derechos de las personas con discapacidad. Se desempeñaba como director general de la Fundación de Acción Social, adscrita a la Alcaldía del Municipio Libertador.


Molina creció entre dirigentes del Partido Comunista de Venezuela (PCV), pues siendo hijo de Manuel Isidro Molina Gavidia, miembro del Comité Central de dicha agrupación política, vivió la clandestinidad de su padre, como él mismo explica en una entrevista concedida a este diario meses atrás y de la cual publicamos el siguiente extracto:


“Desde Valera (Trujillo), donde nació el 29 de agosto de 1942, llegó a Caracas a los 11 años de edad junto con sus padres y hermanos, pues su papá huía de la Seguridad Nacional. Recuerda que de la imprenta de su papá era de donde salían los documentos de la Junta Patriótica. ‘A mí me tocaba ser mensajero, llevar volantes y propaganda’.


En ese contexto creció Molina con los hijos de Ernesto Machado y Gustavo Machado, ya que, como él expresa, ‘las familias crecieron hermanadas. Así comencé a formarme como comunista’.


Aunque ha librado muchas batallas, niega que la lucha haya terminado: ‘El combate siempre es permanente. El combate de hoy es ideológico, en el sentido de ganar la calle, ganarse a la población’.


Está convencido de que nuestra condición actual como gobierno ‘es de un Estado soberano, independiente, autónomo, que no recibe instrucciones ni está sometido a ningún centro internacional de decisión económica o política’.


Aun así cree que es necesario profundizar la Revolución, pues aunque han cambiado muchas cosas, ‘permanecemos aún bajo la égida del capitalismo. Porque nuestra economía se mueve alrededor de la empresa privada en 90%’.


Cuando fue dirigente de la Juventud Comunista en la ULA, donde estudiaba el primer año de Medicina, participó en la protesta de los estudiantes contra la decisión del gobierno de Rómulo Betancourt de romper relaciones con Cuba.


Recuerda con claridad ese 13 de noviembre de 1961, cuando ya habiendo terminado la refriega, porque ya no les quedaban balas para repeler. Salieron de las residencias estudiantiles cerca de las 11 de la noche y cuando se percataron, ya estaban recibiendo disparos desde un carro que se acercó con las luces apagadas.


La primera operación se la realizaron en Caracas y la segunda en Moscú, Rusia. ‘Fue un procedimiento experimental con anestesia local. Pasé toda la operación despierto porque el procedimiento era que yo debía decir qué iba sintiendo durante la operación. Llegó un momento en que lo que sentí era que me estaban clavando millones de agujas en los pies’.


Pero su actividad política no cesó y estando en su casa, como miembro de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, trabajó recibiendo comunicaciones por radio de la Digepol, del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, de la policía, de los adecos. ‘Teníamos un radio que nos hizo un camarada. Yo oía las comunicaciones y avisaba telefónicamente de allanamientos. ¡En una hora sale una comisión para la casa de Pompeyo Márquez en Coche! ¡A sacar las cosas y pa’ fuera! Frustré muchos ataques’. Molina era sociólogo, abogado y doctor en Ciencias Políticas, títulos obtenidos en la Universidad Central de Venezuela (UCV).


Aunque en 1974 su padre era director de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, no fue él quien lo postuló para dar clases en el recinto, ‘ya que no lo consideraba ético’. Fue Héctor Mujica quien propuso a Molina como instructor suplente. Ganó el concurso de oposición con 20 puntos. En 1993 logró ser profesor titular”.


CIUDAD CCS
 
* LENÍN LOMBARDO MOLINA PEÑALOZA
   (Valera 29.08.1942 - Caracas 19.02.2014)
   Psicólogo por la Universidad Central de Venezuela
   Profesor Titular UCV - Escuela de Comunicación Social
   Doctor en Ciencias Políticas UCV
   Abogado UCV
   Especialista en políticas públicas para las personas con discapacidad
 

Elegía a Lenin Molina Peñaloza

 
 
Un día de comienzos del año sesenta de la centuria pasada, decidió venirse a estudiar a Mérida, a la Ilustre Universidad de Los Andes, dirigida entonces por el Rector de Rectores Don Pedro Rincón Gutiérrez. Antes de partir a la Ciudad de los Caballeros, se despidió de su Valera natal. Poso su mirada sobre las siete colinas que rodeaban a la bucólica ciudad de Mercedes Díaz y Juan Ignacio Montilla. Se fue hasta el Liceo Rafael Rangel, su primera y gran escuela política, y allí juró mantener vivas las enseñanzas y hacer realidad los sueños que su padre, Manuel Isidro Molina, fundador del Partido Comunista en Trujillo, le había enseñado desde niño.

Al día siguiente, al despedirse de Doña Maura Peñaloza de Molina, su Madre, le prometió que haría realidad sus sueños, no solo el de hacerse profesional universitario, sino el de continuar luchando por hacer realidad la construcción de una nueva Venezuela, sin injusticias sociales, libre y soberana.

Al llegar a Mérida, se incorporó a la Dirección de la Juventud Comunista de la Universidad. Su talento y sus cualidades de líder lo hicieron dirigente del movimiento estudiantil emeritense. Las hordas fascistas y falangistas de COPEI, vieron en él un rival, activaron la “cobra negra”, organización criminal integrada por militantes de la juventud de dicho partido, organizaron una emboscada contra algunos militantes de la Juventud Comunista. Lenin recibió un disparo que se le alojo en la columna vertebral, nada pudo hacer la ciencia médica para devolverle su capacidad motriz.

Nosotros, adolescentes todavía, recibimos aquella noticia como la más infausta de todas. Yo, oía hablar a mi padre -con el mayor orgullo- de Manuel Isidro y de Lenin, de Carmelo Mendoza y de Darío Andrade, eran los líderes del partido en Trujillo. Cuando el Camarada Carlos se entero de lo sucedido a Lenin, el dolor que lo embargó fue incontenible. Quienes militábamos en la Juventud Comunista de Trujillo, cada vez que íbamos a Caracas nos acercábamos a los pasillos de la Escuela de Psicología, para verlo y conversar con él. La última vez que lo vi fue en Washington, asistió a una reunión en la OEA, como especialista en el tema sobre los Derechos de los Discapacitados.

Lenin, amoroso de su tierra, de su tierra trujillana. Era tan grande su corazón que metió en él sus profundos e inmensos sentimientos de amistad y de solidaridad. Tuvo el atrevimiento de abrir las cavidades de su corazón, para hacerlas del tamaño de la Teta de Niquitao y de El Pico Bolívar, para meter en él todo el sentimiento que profesaba, y practicaba, por su pueblo. BIENAVENTURADOS LOS QUE MUEREN AMANDO A SU PUEBLO.

El más significativo legado que Lenin nos dejó, fue el modo como asumió su compromiso con los ideales que abrazó desde tiempos de su juventud. Ejerció el oficio político con absoluto desprendimiento. Un soñador transparente. Un filósofo militante.

Quisimos “tomar el cielo por asalto”. Enarbolamos las mismas banderas partidarias, estábamos inspirados en ideales comunes. Militamos en las mismas utopías. Soñamos con un mundo preñado de igualdad, justicia y redención humana. Hoy, quienes recibimos tu amistad sincera, la palabra fraterna y el abrazo de hermano que siempre supiste darnos, no podemos más que jurar lealtad ante tanta belleza, la belleza que siempre acompaña al amigo sincero, al que nada pide y todo lo entrega.

Reciban Doña Maura, Esposa, Hijos, Hermanos y demás familiares en esta infausta hora, nuestro más profundo sentimiento de solidaridad y amistad eterna.
 
* Enbajador de Venezuela en Costa Rica